Había una vez dos adorables gatos hermanos que habían crecido juntos en las calles. Ella, una hermosa gata carey con ojos amarillos que brillaban como el sol, Lur . Su hermano, un elegante gato gris con ojos verdes como esmeraldas, Eki. 
Desde pequeños, habían aprendido a cuidarse mutuamente, compartiendo cada aventura y cada desafío que la vida en la calle les presentaba.

Tierra y Sol eran y son inseparables. Pasaban sus días explorando los rincones, jugando entre los callejones y tomando el sol entre los árboles. Aunque la vida en la calle no siempre es fácil y a menudo soñaban con un hogar cálido, un lugar donde pudieran acurrucarse juntos sin preocuparse por el frío o el hambre.

Además, su cuidador se marchaba, ya no habría nadie que los alimentara, no habría nadie que se preocupara por ellos...
Y así llegaron estos dos pequeños a la gran familia Arca, un sitio de paso hacia ese lugar soñado que cada vez está un poco más cerca ....