Mercury llegó a una colonia donde aprendió a sobrevivir entre otros felinos y ritmos de vida al aire libre. Aunque es un pequeño explorador curioso, su experiencia le dejó una mezcla de reserva y deseo de afecto. Con el tiempo ha mostrado destellos de confianza: ronroneos suaves, miradas atentas y ganas de acercarse cuando se siente seguro. En realidad, es un gato juguetón y cariñoso que disfruta de la interacción y de tener a alguien con quien compartir momentos divertidos.

Necesita un hogar estable y tranquilo donde pueda sentirse protegido, con paciencia para aprender a confiar y adaptarse a un entorno nuevo. Un espacio seguro, con lugares elevados para observar, y ratos de juego sereno para fomentar su curiosidad natural. 

Si puedes darle a Mercury el entorno cálido y estable que merece, su curiosidad y gratitud esperarán cada paso que le des hacia una vida plena. ¿Le abres las puertas de tu mundo?