A Wen la encontraron dentro de un transportín, abandonada en una colonia felina. Solo tenía dos añitos… dos añitos que había pasado en una casa, rodeada de rutinas, cariño y seguridad. De un día para otro, se vio sola, encerrada, sin comprender por qué la habían dejado atrás.

Cuando la recogieron estaba desorientada y asustada, pero aun así conservaba una dulzura que conmovía. Wen es una gatita buena, tranquila y muy cariñosa, de esas que buscan el roce suave de la mano y que se acomodan a tu lado con total confianza en cuanto sienten un poco de calor humano.

Ahora está a salvo, pero no deja de esperar ese hogar que vuelva a darle estabilidad y amor. Wen no nació para sobrevivir en la calle: nació para ser compañera, para dormir en un sofá, para ronronear al ritmo de una vida tranquila y compartida.

Si buscas una gatita adorable, agradecida y de corazón enorme… Wen está deseando encontrarte.